

Rubén Darío
Sus poemas musicalizados en el catálogo >>>
El 18 de enero de 1867 Félix Rubén García Sarmiento nace en San Pedro de Metapa, Nicaragua. Fue criado por sus tíos y desde muy niño escribe poesía. A los doce años escribe sonetos y muy pronto salen publicados. De gran inteligencia, aprende francés a través de la lectura, viaja desde muy joven, trabaja como asistente del presidente del país y en 1886 se radica en Chile donde trabaja como periodista. Allí vivió los sinsabores de ser discriminado y de no pertenecer al medio social clasista que encontró. Pública el libro “Azul” en 1988 que según los críticos es la obra que da inicio al movimiento modernista.
El poeta argentino Jorge Luis Borges describe con estas palabras a Rubén Darío: “Todo lo renovó Darío: la materia, el vocabulario, la métrica, la magia peculiar de ciertas palabras, la sensibilidad del poeta y de sus lectores. Su labor no ha cesado ni cesará. Quienes alguna vez lo combatimos comprendemos hoy que lo continuamos. Lo podemos llamar libertador.” Pero… ¿Qué fue lo que renovó Darío? Darío renovó la poesía en idioma español, fue el padre del modernismo, un movimiento de renovación, de reencuentro de la poesía con la nostalgia de la niñez perdida, la adolescencia febril, los paraísos inalcanzables, los jardines floridos. Es el revivir de la poesía cromática, brillante, sensual, de la búsqueda de antiguas formas métricas y rítmicas, ahora vistas con nuevo interés y un claro deseo estético.
Darío fue diplomático y viajó a París, ciudad que amó, que vivió a plenitud; pero en la que igualmente se sintió dejado a un lado. Darío fue un poeta atribulado. Fue un gran tomador y en el licor buscaba calmar esa ansiedad de vivir, de poder manejar una emocionalidad muy vibrante y difícil para él de soportar. Su amor por la vida nocturna y la bohemia le cosecharon amigos en ese mundo, pero igualmente, cuando la pompa de jabón se rompía, caía en grandes depresiones.
Terminó enfermo, sin dinero, viviendo de la caridad de algunos amigos y muere de 49 años al regresar a Nicaragua. Todos los poetas de la época alabaron su obra y en el primer encuentro de Neruda y Lorca, en Buenos Aires en 1933, los dos rindieron homenaje a Rubén Darío, a dos voces, en un memorable discurso que pueden leer aquí: “Dariana”.
Para recordar a Darío y la vitalidad de sus poemas, transcribimos un fragmento de “Canción De 0toño en Primavera”, el poema de Darío que más ha sido musicalizado, desde la versión de Paco Ibañez, las versiones del colombiano Leonardo Alvárez y otras que seguiremos rescatando para el catálogo de musicalizando:
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer.
Biografía escrita por hugo cuevas-mohr